Monument Valley es un juego de ingenio en el que hay que cambiar de perspectiva para seguir avanzando, incluso cuando el camino parece complicado.

Mike Anderson conoce bien la premisa. Como productor en Ustwo Games ha aceptado diversos premios que reconocen el éxito de este bello juego en el que hay que girar el paisaje para que la princesa Ida alcance cimas cada vez más altas. Cada uno de sus niveles de tonos pastel es una ilusión óptica en la que hay que voltear el suelo o elevar y bajar plataformas. Aclamado por público y crítica, Monument Valley cuenta con un premio de la Academia Británica de la Artes Cinematográficas y de la Televisión (BAFTA).

Anderson nunca olvidará el evento formal para la ceremonia de BAFTA.

“Esa noche me di cuenta de que era la única persona negra en la sala. Había más gente de color sirviendo que representando a empresas desarrolladoras”, recuerda.

“Cuando estaba empezando, recuerdo tener a todo tipo de gente a mi alrededor. Pero según iba subiendo esa variedad era cada vez menor”.

Anderson está convencido de que fomentar una comunidad diversa es saludable para la industria y permite diseñar juegos mejores y más variados.

“Una de las cosas que más han gustado de Monument Valley es que recurrimos a influencias extraídas de todas las partes del mundo. Algo parecido a eso fue lo que pasó con Pantera negra de Marvel y sus referencias a la tradición africana. Los trajes, la estética… todo era nuevo y muy refrescante. Si hubiera más desarrolladores con esa mentalidad podríamos crear experiencias increíbles”.

Este enfoque se hace evidente en Monument Valley 2, la secuela que explora conceptos como la separación, reunificación y evolución. Según Anderson, el juego es el reflejo de un amplio conjunto de influencias multiculturales. Los colores vivos del video de “Super Bass” de Nicki Minaj sirvieron de inspiración para los castillos flotantes del capítulo “Ciudad sumergida”. Los rosas y turquesas de “Capítulo V: el archipiélago” están basados en uno de los looks más icónicos de Kim Chi, célebre participante del concurso RuPaul’s Drag Race.

El carácter global de las creaciones del estudio también está presente en Alba: A Wildlife Adventure, primer lanzamiento de Ustwo para Apple Arcade. El juego está protagonizado por una niña que explora y cuida el entorno natural de una isla mediterránea. Su evidente influencia española sale de David Fernández-Huerta, director de juego nacido en Valencia que ha recreado en este proyecto los recuerdos de los veranos que pasaba en casa de sus abuelos.

El compromiso de Anderson con la diversidad en la industria del videojuego tiene un alcance sistémico. En 2019, ingresó como miembro fundador en POC IN PLAY, una organización londinense que apoya y conecta a personas de color en el sector de los videojuegos para consolas, PC y móviles.

“Fue un éxito en cuanto lo presentamos”, dice. “Hemos visto a muchos creativos negros diciendo que pensaban que estaban solos, que no se habían dado cuenta de que había otros como ellos”.

Actualmente POC IN PLAY sigue dando de qué hablar. Su lista de 100 juegos para el Mes de la Historia Afroamericana reúne a profesionales del desarrollo, diseño, escritura, periodismo y personas creadoras de color más relevantes en la industria de la tecnología. Entre ellos encontramos a Dean Jackson, jefe de diseño de la app infantil Hopster, al expresidente de Nintendo Reggie Fils-Aimé y a Xalavier Nelson Jr., escritor y director narrativo que ha participado en juegos como Reigns: Beyond.

Anderson sabe que la diversidad en la industria del videojuego no puede conseguirse fácil ni inmediatamente, pero está convencido de que hay que seguir presionando. Monument Valley 2 demuestra que el esfuerzo siempre permite encontrar el camino hacia la cima, y también que todo es más sencillo cuando sobre ella hay alguien esperándote.

“Es imposible ser algo que no puedes ver”, dice Anderson. “Sería increíble que una niña dijera “esa podría ser yo”.