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      La revolución sustentable empezó en el campo

      • Industria, productores, distribuidores, aplicadores y autoridades provinciales y nacionales llevan adelante un esquema inédito para la gestión de envases de fitosanitarios.

      La revolución sustentable empezó en el campo
María Julia Pisanu, Directora Ejecutiva de CampoLimpio.

      Estamos transitando un momento global en donde la productividad se ve necesariamente atravesada por su relación con el entorno. La ecuación de variables de una actividad ya no es más meramente económica, sino que es también social y ambiental. Esa conjugación no responde a estrategias lineales, sino que está llena de decisiones, aprendizajes y, muchas veces, tensiones. Una de ellas es la que aborda la producción agropecuaria con la gestión de sus residuos, por su posible impacto en los suelos, el agua, los animales y la salud de las personas.

      En un país donde el agro es sinónimo de trabajo, innovación y empuje, en 2019 el sector dio un paso que marcó un antes y un después en la historia de la gestión de los residuos en Argentina, volviéndolo un sector referente ahora también en materia ambiental. Amparado por la Ley Nacional 27.279 y bajo el concepto de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) —la primera en su tipo en el país- el campo puso en marcha un sistema pionero de gestión de envases vacíos de fitosanitarios, pensado para cerrar el ciclo productivo con responsabilidad y visión de futuro.

      Un modelo económico tan poderoso como el agroindustrial se comprometió de lleno con la economía circular, transformando residuos en nuevos recursos. Plásticos que antes eran un pasivo ambiental hoy se reciclan y vuelven al circuito productivo convertidos en caños cloacales, tritubos para fibra óptica, bidones tricapa o materiales para la construcción.

      Una revolución silenciosa, pero de enorme impacto

      Ese cambio tiene nombre propio: CampoLimpio, la asociación que reúne a más de 110 empresas del sector y que lidera un esquema único en el país. Su fortaleza está en la articulación: industria, productores, distribuidores, aplicadores y autoridades provinciales y nacionales trabajan bajo un principio clave —la responsabilidad compartida—, haciendo posible lo que antes parecía inalcanzable.

      La Ley 27.279 no trajo cargas ni burocracia. Esta norma, trajo innovación, solución y alivio: comprometió a toda la cadena en un sistema de acciones articuladas y liberó a los productores de tener que tratar los envases en forma particular y bajo regímenes complejos. Se pasó entonces de una problemática, a una solución ambiental.

      Los resultados hablan solos. En apenas seis años, más de 20 millones de kilos de envases fueron recuperados del campo argentino. La red crece año tras año: 22 provincias integradas, más 90 Centros de Almacenamiento Transitorio (CAT) operativos, jornadas itinerantes de recepción y capacitaciones que multiplican el compromiso ambiental en cada región. El crecimiento fue exponencial: de 7 centros en 2019 a 94 en la actualidad, con un incremento interanual del 30% en el volumen de recupero.

      Lo que viene por delante es igual de desafiante: seguir sumando productores, fortalecer las alianzas con el Estado y la industria plástica, y consolidar un modelo de economía circular que demuestra que la sustentabilidad no es un discurso, sino una manera concreta de producir mejor.

      Porque cuando el campo argentino innova, el país entero avanza.


      *La autora es Directora Ejecutiva de CampoLimpio Argentina


      Sobre la firma

      María Julia Pisanú

      Directora ejecutiva de Campo Limpio Argentina.

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