Alumnos de un colegio secundario de Mendoza (alrededor de 100) devastaron sus instalaciones. Todo porque sus autoridades no accedieron a concederles un día libre. Esa medida desató la ira de los estudiantes que, como represalia, invadieron aulas y destruyeron los bancos que hallaron a su paso.
Si en algún momento esos vándalos lograran conectar con la sensatez, descubrirían que se infligieron un enorme daño. Agraviaron, a través de sus arrebatos, una fuente vital de aprendizaje. Con 16/17 años, jóvenes con capacidad para discernir, pusieron al descubierto mentes malignas. Impulsos que agravian, incluso, a quienes no forman parte de la comunidad educativa cuyana. El resultado de tanta barbarie traerá consigo, como es lógico -y saludable- la expulsión de los involucrados.
Vienen a mi memoria las iracundas vueltas olímpicas que protagonizaban los alumnos de 6° año del Colegio Nacional de Buenos Aires, que la afectaban con pintadas y destrucción del mobiliario. También, como ex alumno del ILSE, egresado en 1966, recuerdo que compañeros míos se situaban frente al edificio de la calle Libertad (Tribunales), descargaban una andanada de huevos sobre las autoridades que salían del colegio. Me preguntaba entonces: ¿cuál es la gracia? ¿Qué satisfacción les genera? Pensé que a mis 77 años no volvería a observar tanta bajeza. Autoridades y educadores deben mancomunarse para generar políticas conjuntas. Para abandonar prácticas permisivas y demagógicas. Y, sobre todo, para señalarle claramente, al alumnado, cuáles son los límites y quién manda.
Alejandro De Muro / demuroalejandro4@gmail.com
Los juramentos de los diputados kirchneristas
He quedado asombrado por los inconcebibles juramentos de algunos diputados de la Nación que directamente loan y exigen la liberación de condenados por actos criminales y otros que proclaman el genocidio de los habitantes de un país y un pueblo amigo de la Argentina cuando vociferan “Palestina, Del Rio Hasta el Mar”.
Ambos juramentos promueven el odio, la criminalidad, la corrupción y alimentan un clima subversivo. Los únicos juramentos permitidos debieran ser: 1) “Por Dios, la Patria y los Santos Evangelios” para los cristianos. 2) “Por Dios y la Patria” para otras religiones. Y 3) “Por la Patria” para agnósticos y seculares. Todo otro juramento es un insulto a la República.
Victor Zajdenberg / viczaj2@yahoo.com.ar
Habla de “pequeñas estafas en algunos supermercados”
Compré en un supermercado conocido un agua saborizada que que valía $ 1,800 y algo. Pero abajo y chiquito decía que era si llevaba 2 botellas, si no, costaba $ 2.200.
Todos nos toman por estúpidos, los que calculan la inflación, como los funcionarios públicos o los dirigentes de fútbol que se enriquecen en silencio. Esto marca una forma de hacer negocios, sólo se trata de estafar a la gente y si ya no se puede, se van. Mis recuerdos a un grande, Jorge Lanata.
Sin él, mucho seguiría escondido en el chiquero de los intereses bastardos.
Esteban Tortarolo / etortarolo@gmail.com
Las patentes de autos tapadas y la “viveza criolla”
Patentes tapadas, dañadas, adulteradas o inexistentes. El escenario de la “viveza criolla” en su máxima expresión denota desprecio por las leyes vigentes. Una transgresión que enmarca un modo de ser y de vivir amigo del atajo y de la trampa.
Sebastián Perasso Jauregui / rugbydidactico@hotmail.com
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