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      “Le quitan validez al acto de jurar, y por ello se convierte en nulo”

      “Le quitan validez al acto de jurar, y por ello se convierte en nulo”Mariano Vior
      Redacción Clarín

      El pasado 3 fue el juramento de los legisladores en el Congreso de la Nación y lamentablemente se colmó de expresiones absurdas e improcedentes que violaban la solemnidad del acto.

      El juramento de posesión de un cargo es prestado por la persona que asume. La ceremonia puede ser auspiciada por una figura de autoridad, como el presidente de la asamblea, o el jefe del Poder Judicial, quien además declara la persona en posesión del cargo tras la firma del acta. El contenido del juramento generalmente implica una promesa de cumplir fielmente las funciones, acatar la constitución y las leyes. El juramento es una promesa formal de cumplir con las obligaciones del cargo, se compromete a seguir la Constitución y las leyes. Puede incluir una referencia a Dios, la Patria o la conciencia y el honor. Luego, la persona es declarada en posesión del cargo.

      Un ejemplo de juramento válido es: “Yo (nombre) prometo y juro ante Dios todopoderoso y omnisciente que en el cumplimiento de mi cargo, seguiré la Constitución y demás leyes, actuando con rectitud e imparcialidad por el bien de los ciudadanos y de la sociedad”. Las palabras de juramentación son promesas solemnes que se hacen al asumir un cargo, completar una etapa educativa o unirse a una institución. Pero suelen incluir compromisos como: “Juro por Dios y por la Patria” o “Prometo solemnemente”, seguido de especificaciones como defender la Constitución, ejercer una profesión con honor o cumplir las responsabilidades de un cargo. Se acostumbra a invocar a una figura de máxima significación como Dios, la Patria o incluso la familia y la vida con frases como “juro, prometo, afirmo”. Por último, a menudo se incluye una frase como “Si así no lo hiciera, la Patria me lo demande”.

      Y cuando son reemplazadas por frases que vulneran la esencia del juramento, como por ejemplo jurar por la soberanía de lugares extranjeros como “Palestina” o ideologías de personas crueles y tiránicas, es decir por entes que le quitan validez al acto de jurar y que por ello se convierte en nulo y así debe decretarse por la autoridad pertinente.

      Héctor Luis Manchini / ABOGADO - EX JUEZ DE LA CÁMARA EN TODOS LOS FUEROS DE ZAPALA/ hectormanchini@gmail.com


      De Nisman, y la jura de los diputados kirchneristas

      Propongo a los diputados y senadores, que se considere día de duelo nacional al 18 de enero, día del magnicidio del fiscal Alberto Nisman y por los miles de muertos de argentinos muertos por la corrupción.

      Para que recordemos que la corrupción mata y sin justicia no tendremos futuro, por un “nunca más” para la corrupción.

      Por una Argentina de los valores del trabajo, el esfuerzo y el estudio, nos saquen de la mediocridad a donde nos llevaron.

      Por que hagamos honor a nuestros héroes, San Martín, Belgrano, Sarmiento, Alberdi y Nisman, y tantos otros que dieron sus vidas por todos nosotros.

      Donde se hable más de obligaciones que de derechos conseguidos, donde el mérito sea un valor y no la mediocridad.

      Donde nos volvamos orgullosos de ser argentinos. ¡Viva la Patria!

      José Mario Lenczner / jomalen@hotmail.com


      “La peor forma de injusticia es la justicia simulada”, Platón. La ya condenada ex presidente Cristina Kirchner y ex vicepresidente, hasta hace unos días se paseaba de la sala al comedor y de ahí, al balcón. Quería que los argentinos la viéramos.

      Ahora no se anima a pasear del comedor a la sala del Tribunal Oral Federal Número 7 para que todos podamos verla por televisión.

      ¿Será que el tema es el balcón? Señores jueces, los ciudadanos queremos justicia e igualdad frente a la justicia.

      Carmelo J. Monroe / carmelomonroe54@gmail.com


      Como ya es tradicional, hemos asistido a la ceremonia estudiantil, brindada por el kirchnerismo y los partidos de izquierda, en ocasión del juramento previo a la incorporación a la Cámara de Diputados.

      Este año juraron por delincuentes (Néstor y Cristina Kirchner), por una mentira (30.000), por un país extranjero (Palestina, en este caso con su bandera), insultando a un presidente extranjero (Donald Trump) e implícitamente apoyando a un dictador (Nicolás Maduro).

      Las reivindicaciones feministas (por Cecilia Strzyzowski, nada), por el colectivo de los discapacitados (de los certificados por discapacidad falsos, nada), obviamente por los jubilados, los niños pobres, por un gobierno de los trabajadores, la salud, la educación, un país más federal, por el socialismo (no mencionaron a un sólo país próspero y moderno que lo aplique).

      La enumeración sigue, pero es una tarea tediosa detallarla minuciosamente.

      Han demostrado su escaso nivel intelectual al desconocer que la sesión fue grabada en su totalidad, y que será utilizada por los historiadores del futuro para demostrar que carecían de formación profesional y principios éticos para ocupar bancas en el Congreso nacional.

      Pero, además, lo más importante, hoy sabemos con nombre y apellido quienes son los legisladores de los que no podemos esperar absolutamente nada.

      Como afirmaba Jorge Luis Borges, que “poseen una ignorancia enciclopédica”.

      Gabriel C. Varela / gcvarela@gmail.com


      El nombre formal es “Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina”, es así que de esta manera hay que referirse oficialmente, aunque después de ver la jura de nuestros diputados, la vergüenza me invade al escuchar el motivo por el cual cada uno lo hacía, además de los insultos y gritos propinados.

      Sólo basta referirnos a una cita publicada en la Gazeta de Buenos Ayres, el 8 de diciembre de 1810, por el secretario de la Primera Junta, Mariano Moreno, con respecto a los títulos honoríficos: “¿Si me considero igual a mis conciudadanos, porque me he de presentar de un modo, que les enseñe, que son menos que yo?”.

      Que concepto nos da Mariano Moreno, que humildad, cuánto nos sigue enseñando.

      Si él se levantara de la tumba y viera la jura de nuestros diputados, quitaría la palabra “Honorable” de inmediato.

      Los diputados son ciudadanos, ni más ni menos, como lo somos nosotros. Aunque después de la ceremonia de su jura en funciones, parecen ser mucho menos.

      Horacio Aldo Tore / hoalto@gmail.com