Desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre China y Argentina, hace más de medio siglo, hemos avanzado hacia un estatus de socios estratégicos integrales, con un vínculo que hoy se define desde el respeto, la apertura, la inclusión y la cooperación beneficiosa para ambas partes. Además de ser su segundo socio comercial y el principal mercado para sus exportaciones agrícolas, China ha proporcionado un fuerte respaldo a la Argentina a través del swap de monedas, lo que ha contribuido a impulsar reformas, fomentar el empleo y mejorar las condiciones de vida del pueblo argentino.
Durante 2025, esta estrecha cooperación se ha expresado con la decisión de China de ampliar la exención de visado para los ciudadanos argentinos, la inauguración del primer vuelo directo entre ambos países, el primer embarque de la ruta comercial de trigo argentino con destino a China y la llegada a la Argentina de vehículos de nueva energía fabricados en China, entre otras medidas.
Como si todos estos avances fueran poco, el año 2026 marcará el inicio del 15º Plan Quinquenal de China, que ampliará su apertura autodirigida y seguramente permitirá que más productos argentinos de alta calidad - incluidos los energéticos, minerales, agrícolas y ganaderos - tengan la posibilidad de ingresar en el mercado chino.
En este alentador panorama, es importante destacar que las empresas chinas han participado en una amplia y pragmática cooperación en países de todo el mundo - entre ellos la Argentina, por supuesto - sobre la base de la igualdad, el beneficio mutuo y la colaboración beneficiosa para todas las partes. Siempre han respetado las leyes y cumplido sus responsabilidades sociales, impulsando el desarrollo económico y social local, a partir de una mejora de las condiciones de vida de la población que les permitió ganarse su pleno reconocimiento y respeto.
De ahí que sea importante advertir que la postura de algunos sectores, que se empeñan en criticar a las empresas mixtas chinas, solo obedece a la ansiedad que les produce su incapacidad para competir comercialmente en el mercado. Buscan explotar las lagunas de información pública para obtener una ventaja competitiva desleal. En sus campañas de difamación ocultan que las empresas mixtas no son una exclusividad de China: según las últimas estadísticas oficiales, los países miembros de la OCDE albergan en su conjunto más de 100.000 empresas mixtas, que emplean a más de 15 millones de personas.
Algo similar ocurre con las reiteradas - y falsas - acusaciones de una supuesta “pesca ilegal” y “saqueo de recursos” por parte de buques de bandera china en la zona económica exclusiva de la Argentina. Son denuncias que carecen totalmente de fundamento y que buscan atacar y difamar la cooperación pesquera entre China y Argentina, en un intento de sembrar discordia entre ambas naciones.
Por el contrario, la cooperación pesquera ha generado una cadena industrial significativa en Argentina, creando más de 2.000 puestos de trabajo para los ciudadanos argentinos y aportando al desarrollo local. China ha ratificado los principales acuerdos internacionales contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, y está dispuesta a explorar con la Argentina nuevas áreas de colaboración, como la acuicultura y el procesamiento, para ampliar aún más los beneficios mutuos.
Otra irresponsable acusación que China suele recibir está vinculada a presuntas maniobras de “dumping” en el comercio internacional. Etiquetar arbitrariamente a otro país como responsable de estas prácticas - basándose únicamente en conjeturas subjetivas que carecen de pruebas concluyentes - viola tanto la justicia procesal como las normas sustantivas de la Organización Mundial de Comercio, además de contravenir los principios fundamentales de una economía de mercado, y constituir un intento de socavar la cooperación económica de otros países mediante una “presunción de culpabilidad”.
A medida que el Gobierno argentino ha defendido el libre comercio y promovido reformas orientadas al mercado, la cooperación económica y comercial entre China y Argentina ha demostrado una gran vitalidad. Algunos productos chinos han acelerado su entrada en el mercado local, mientras que la soja, el trigo, los productos energéticos y minerales de Argentina han ampliado su participación en el mercado chino.
De hecho, la entrada de productos chinos de alta calidad y asequibles en el mercado argentino ofrece beneficios tangibles a los consumidores locales, en particular a los hogares de ingresos bajos y medios, ya que contribuye a aliviar las presiones inflacionistas. Al mismo tiempo, estos productos reducen los costos de la fabricación posterior en los sectores de bienes intermedios y de capital, lo que mejora la competitividad local y fomenta el desarrollo de las infraestructuras y los sectores industriales de Argentina.
De cara al futuro, China está dispuesta a reforzar la articulación de las estrategias de desarrollo con Argentina y a explorar una cooperación mutuamente beneficiosa en industrias de alto valor agregado. Confiamos en que ambas partes defenderán los principios del libre comercio, mantendrán la competencia leal y colaborarán para fomentar un entorno de cooperación económica y comercial orientado al mercado y basado en el Estado de derecho. Todo esto impulsará la actual globalización económica hacia una mayor apertura, inclusión, beneficio mutuo, equilibrio y prosperidad compartida.
*Embajador de la República Popular China en la Argentina
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