La medicina del viajero no es un tema para exagerados ni algo exclusivo de quien se va un mes al Sudeste Asiático. Es, básicamente, hacer una escala a tiempo para que las vacaciones no terminen en la guardia. Y también para no llevar ni traer enfermedades de recuerdo.

✈️ Viajantes indeseados

En los últimos años, los movimientos de turistas volvieron a niveles casi prepandémicos y siguen en aumento. Ese ir y venir facilita que virus y bacterias crucen fronteras, incluso hacia lugares donde antes no circulaban.

Según la infectóloga Hebe Vázquez, de la Fundación Stamboulian, hasta un 60% de los viajeros internacionales presenta alguna enfermedad relacionada con el viaje. Muchas veces se trata de la diarrea del viajero (por consumo de agua no potable y/o la ingesta de comida callejera) o de infecciones transmitidas por mosquitos. Y no hace falta ir "a lo exótico": también hay riesgos dentro del propio país.

El punto clave no es asustarse, sino consultar a tiempo. Vázquez insiste en que la idea no es salir con “toda la lista de vacunas”, sino ajustar la recomendación al tipo de viaje, la duración, el alojamiento, la conducta del viajero y su estado de salud (enfermedades crónicas, embarazo, tratamientos médicos, etc.).

⏰ ¿Cuándo hacer la consulta del viajero?

Idealmente, entre 4 y 6 semanas antes de la fecha de partida. Ese margen permite:

• Completar esquemas de vacunas que requieren más de una dosis.

• Dar tiempo a que la protección se genere (por ejemplo, la de fiebre amarilla empieza a proteger a los 10 días).
• Ajustar medicación, si hay tratamientos de base.

Pero si falta menos, igual vale la pena consultar: siempre es mejor algo que nada.

💉 Fiebre amarilla: la vacuna que puede salvar un viaje (y una vida)

La fiebre amarilla es una infección viral aguda transmitida por mosquitos del género Aedes y Haemagogus. A nivel mundial, sigue siendo una preocupación, especialmente en América Latina, donde se han notificado miles de casos y muertes y en los últimos años se vieron brotes fuera del área amazónica.

En Argentina, hoy la vacuna es gratuita y obligatoria solo en provincias con riesgo de transmisión (como Misiones, Corrientes, Formosa y algunas zonas de Chaco, Salta y Jujuy).

Pero hay otro capítulo: los viajes al exterior, sobre todo a países limítrofes. En Brasil, por ejemplo, la fiebre amarilla se expandió en los últimos años y el riesgo llegó hasta la costa, incluyendo zonas del propio Río de Janeiro. Como ese país no exige la vacuna para entrar, muchos argentinos piensan “si no la piden, no hace falta”. Vázquez es tajante: la vacuna puede salvar vidas.

Algunos puntos clave que ella destaca:

Es la única vacuna obligatoria a nivel internacional para ciertos destinos.

• Se aplica en una sola dosis.
• Empieza a proteger a los 10 días.
• No requiere refuerzos (se aplica una sola vez en la vida)
• Debe darse en centros habilitados, donde emiten el Certificado Internacional de Vacunación.

Es una vacuna a virus vivo atenuado: está hecha con una forma del virus que no causa la enfermedad, pero sí genera defensas. Eso implica que puede dar algún síntoma leve (cansancio, dolores, febrícula) y que tiene contraindicaciones (personas con defensas muy bajas o que reciben ciertos tratamientos) y precauciones (bebés menores de 9 meses, mayores de 60 años).

Ahí el rol del médico es insustituible: no es solo pinchar y listo. Es evaluar, para cada persona, si el riesgo de enfermarse por fiebre amarilla en ese viaje justifica la necesidad de vacunación.

🦟 Mosquitos, dengue y percepción de riesgo

Con el dengue aparece otro problema: la memoria corta. Tras el último gran brote, la vacuna tuvo lista de espera. Hoy sobran turnos y falta demanda, incluso en zonas donde el virus circula durante todo el año.

Los brotes, que solían espaciarse cada 3 o 4 años, se están acortando en la región. Eso vuelve más difícil pronosticar cómo será la temporada que viene. Mientras tanto, la prevención sigue siendo la misma:

• Evitar criaderos de mosquitos.
• Usar repelente y ropa que cubra brazos y piernas.
• Dormir con mosquiteros cuando se pueda.
• Evaluar vacunación.

Desde fines del año pasado se encuentra disponible una nueva vacuna contra el dengue, indicada en el país a partir de los 4 años y sin límite de edad. Se requiere prescripción médica para su aplicación. Está disponible en vacunatorios privados y, a nivel público, se aplica en forma gratuita a grupos poblacionales específicos.

🧳 Valija saludable: el checklist que no ocupa lugar

Vázquez propone casi un kit básico de viajero, que no pesa pero suma mucho:

• Vacunas al día: revisar el calendario de rutina (hepatitis, sarampión, influenza, COVID-19, etc.) y las específicas del destino (fiebre amarilla, por ejemplo).

• Repelente y mosquiteros en zonas con enfermedades transmitidas por insectos.
• Seguridad alimentaria: agua segura, cuidado con el hielo y comida callejera, higiene de manos.
• Protección solar: sombrero, ropa adecuada, protector (el sol también “ataca” en vacaciones).
• Sexualidad cuidada: preservativos, siempre.
• Seguro médico internacional si viajás al exterior.

🌍 Cuidarte vos, cuidar a otros

La medicina del viajero no busca pinchar el globo del viaje, sino hacerlo más seguro. Como dice la infectóloga, la idea es “buscar la manera de que sea más confortable y disminuir los riesgos”.

Una consulta previa puede evitar complicaciones en las vacaciones, pero también ayuda a proteger a las comunidades que visitás y a la que volvés. En un mundo donde personas, virus y mosquitos viajan tanto como nosotros, sumar la salud al checklist es casi tan importante como elegir ventanilla o pasillo.

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