Hay títulos que se vuelven imparables en el boca a boca. En España pasó recientemente con “El infinito en un junco”, de Irene Vallejo y con “La península de las casas vacías”, de David Uclés, dos exitazos que en los últimos seis años han recomendado sin pausa lectores de distintas edades a otros, que corrieron a comprarlos.
“Comerás flores”, de Lucía Solla es una primera novela de esa especie: se lee de una sentada y pensás inmediatamente en alguien a quien le gustará por su mix entre lirismo y ritmo de thriller o que debería leerlo para ver en perspectiva los manejos de un amor enfermizo. Publicada en septiembre de 2025 por Libros del Asteroide lleva más de quince mil ejemplares vendidos, va por la octava reimpresión y se ha instalado en las listas de los mejores libros del año.
La historia indaga en una relación de pareja tóxica entre Marina y Jaime, una veinteañera que acaba de perder a su padre y un cuarentón largo, exitoso organizador de eventos y “compositor de atmósferas”, que se gana a fuerza de atenciones a la chica y a su familia.
Lucía Solla, autora de "Comerás flores", en una de las presentaciones de su primera novela, fenómeno editorial de 2025 en España.“Empecé a escribirla por el final porque fue lo que apareció primero y en capítulos sueltos, con ganas de llevar a la ficción algunas experiencias propias y muchas de amigas y conocidas. Yo venía del después y mi temor al llegar al principio era que los lectores no entendieran cómo Marina se había enamorado de Jaime”, cuenta Solla en una de sus presentaciones madrileñas.
Leída de cabo a rabo, sin embargo (‘bajar la intensidad’ apuntó mi editor en varios tramos y estoy tratando de aplicarlo en mi vida”), la telaraña seductora que Jaime teje alrededor de la joven es altamente eficaz.
El público agradece: “Lo que más me gusta es que no has pintado a Jaime con brocha gorda”; “a mí, que sea la amistad lo que salva a Marina”; “has dado con un modo de narrar que llega muy fácilmente a los jóvenes; mi generación tapaba todo”.
Películas como “Durmiendo con el enemigo” o “Te doy mis ojos” grabaron en los espectadores la inadmisibilidad de la violencia física. El maltrato psicológico es más elusivo, suele ser camaleónico y volátil. Jeckyll y Hyde se alternan en microdosis en la intimidad, mientras socavan confianza y salud, a veces de modo tan sutil, que la víctima se pregunta si eso puede llamarse maltrato. Sin maniqueísmo, “Comerás flores” ha dado en la literatura con el tono capaz de quitarnos toda duda.
Sobre la firma

Periodista y poeta, construyó una carrera a ambos lados del Atlántico. Es autora de cinco libros de poemas, entre ellos, "Riesgos de la noche" y "Monstruos privados", ambos publicados por Alción. rgarzon@clarin.com
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