Lo que se espera es la alegría. Brindis posados, copa en mano y sonrisa amplia, para publicar en redes sociales apenas a la medianoche. La mesa bien nutrida y adornada para la ocasión. El árbol de Navidad, luces encendidas, paquetes en la base, como marco de fotos que luzcan el vestido o la camisa nuevos. Y la felicidad como hilo invisible que todo lo anuda. Lo que se espera puede ser una pesadilla.
No siempre es posible pasarla bien en las fiestas de fin de año. En ocasiones, falta alguien en la familia, hay tensiones que no se resuelven, los vínculos están demasiado dañados, o sencillamente algo sucede que lo impide. Y aunque sea razonable, la presión regresa con el calendario. Hay que estar bien.
En ocasiones, para este momento del año, el pianista británico James Rhodes, que reside en Madrid, suele publicar en sus redes sociales mensajes de acompañamiento a quienes se sienten tristes en Navidad. Sabe de qué habla.
Lucha hace décadas contra la depresión tras ser abusado durante años en la infancia por un profesor y siente empatía con quienes padecen las fiestas. Hay veces que deja un mensaje de acompañamiento; una vez, compró regalos para los hijos de un desconocido que no podía pagarlos; otras veces sorteó obsequios y algunas fiestas comparte los síntomas de su depresión.
En el hemisferio norte, el frío aporta una explicación a la pena. De hecho, el Gabinet de Psicología Catalunya advierte en su web que en diciembre, aumentan un 40% los casos de depresión en la población general y, entre las muchas hipótesis al respecto, indica la falta de serotonina que "favorece la presencia del conocido síndrome depresivo estacional navideño".
De hecho, le han puesto un nombre: depresión blanca o “blues de Navidad”, aunque no configura un cuadro aceptado científicamente. Y señalan el estrés y el desgaste, la desmotivación, la frustración ante la inestabilidad económica, la salud mental comprometida o el duelo como posibles explicaciones.
En la Argentina, hace un calor agobiante, o sea que la serotonina tal vez no explique mucho. Pero el estrés, el desgaste, la inestabilidad económica, la salud mental exigida y el duelo pueden estar más cerca. ¿O es que en este país hay muchas personas libres totalmente de estos factores?
En todo caso, para quienes no esperan con ilusión esta noche, un abrazo de acompañamiento.
Navidad. Foto: ilustración Shutterstock
Navidad. Foto: ilustración Shutterstock
Navidad. Foto: iStock.