Un clásico rústico del centro de Francia que combina frutas frescas y una masa suave a medio camino entre flan y torta. Un postre simple, que celebra la temporada de cerezas.
El clafoutis, un postre originario de la región de Limousin, captura la esencia de la cocina hogareña: ingredientes básicos, técnica mínima y un resultado sorprendentemente elegante. Tradicionalmente se prepara con cerezas negras enteras, carozo incluido, ya que estos aportan un perfume almendrado que se libera durante la cocción; pero puede hacerse con cualquier fruta. La masa, ligera y fluida, envuelve la fruta y le da una textura tierna y cremosa, con bordes apenas inflados y tostados. Cada cucharada es un equilibrio entre acidez, dulzor y ese carácter lácteo tan propio de la pastelería francesa tradicional. Se sirve tibio, espolvoreado con azúcar impalpable.
Ingredientes
- 200 g de cerezas
- 2 huevos
- 80 g de azúcar
- 30 g de almendras molidas
- 20 g de harina
- 100 cc de leche
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
Preparación
Paso 1
Calentar el horno a 180º C y enmantecar un molde redondo bajo, de unos 20 cm de diámetro.
Paso 2
Batir los huevos con el azúcar, la leche y la vainilla. Agregar la almendra molida y la harina tamizadas, mezclar todo hasta obtener una masa ligera.
Paso 3
Verter la masa en el molde y repartir las cerezas descarozadas por toda la superficie.
Paso 4
Hornear sobre una rejilla durante unos 30 minutos o hasta que la crema haya cuajado, dependerá del horno.
Paso 5
Sacar el molde del horno, dejar entibiar y espolvorear con azúcar impalpable para adornar, si se desea.
Tips
Añadir una pizca de canela o cardamomo a la mezcla para darle un sabor más profundo y aromático.
Enmantecar generosamente el molde y espolvorearlo con azúcar para lograr bordes caramelizados.