El licor de cerezas tiene una larga tradición en la cultura europea, especialmente en países como Alemania, Hungría, Francia e Italia. Dependiendo de la región, puede conocerse como kirsch, maraschinoo griottine. A diferencia de otros licores de frutas, éste tiene una personalidad única. Debe conservarse en la heladera y dura alrededor de tres meses.
Ingredientes
- 750 g de cerezas sin carozo
- 300 ml de ron blanco
- 125 ml de vodka
- 250 g de agua mineral sin gas
- 225 g de azúcar
Preparación
Paso 1
Colocar las cerezas descarozadas en un recipiente y machacarlas con un mortero (o la base de un vaso). Volcar el jugo que suelten en un vaso aparte. Añadir las cerezas a un frasco grande o una botella donde se hará el licor.
Paso 2
Sumar el vodka y el ron blanco. Cerrar el frasco y agitar varias veces.
Paso 3
Preparar un almíbar con el jugo de cerezas. Unir en una ollita el jugo con 250 ml de agua y el azúcar. Llevar a ebullición hasta que el azúcar esté completamente disuelto, removiendo de forma frecuente. Retirar del fuego y dejar enfriar.
Paso 4
Cuando el almíbar este frío, verterlo en la botella donde están las cerezas, el vodka y el ron blanco.
Paso 5
Cerrar el recipiente y agitar. Guardarlo en un lugar oscuro y seco durante cinco días. Agitarlo a diario.
Paso 6
Colar con un tamiz o un lienzo. Retorcer para extraer todo el líquido. Verter el líquido obtenido en una botella previamente limpia y esterilizada.
Tips
Usar cerezas frescas, bien maduras, pero no pasadas para obtener un licor más profundo y colorido.
Dejar algunos carozos al macerar para que liberen ese sabor amargo similar a la almendra, aportando complejidad sin volverlo amargo en exceso.